Esta es la historia de cómo las casas son algo vivo, que van cambiando junto a sus dueños y propietarios. También es una historia de creatividad, imaginación y retos. Os invitamos a que conozcáis la casa de una emprendedora nata que poco a poco ha ido haciendo realidad sus sueños.
La casa de nuestra protagonista ha sufrido recientemente una reforma con el objetivo de adaptarla a las nuevas necesidades diarias de su propietaria, una empresaria interesada en el mundo del interiorismo. Ella ha participado activamente en el diseño de su hogar ideando diversas piezas. Una casa concebida para vivir cómodamente y abierta completamente al maravilloso paisaje natural que la envuelve.
La propietaria de la vivienda contaba con experiencia laboral el mundo de la moda y del interiorismo, así que tenía las ideas claras respecto. Por eso, el encuentro esta empresaria y propietaria de la casa, y el autor del proyecto, un reconocido arquitecto, fue un flechazo estético sin fisuras: «lo único que le dije, comenta la dueña, es que estaba abierta a cosas nuevas, que no quería una casa convencional y que necesitaba que respetara mis sensaciones». Se entendieron enseguida.
Estructuras y soluciones
El «porche» con la cubierta azulada la fascinó: «consiguió sorprenderme, que es lo que quería», nos dice. «Además soy una persona, muy discreta, a la que no le gusta llamar la atención y la fachada de acceso a la casa es así, sencilla; desde fuera no se ven ventanas aunque desde dentro, lo vemos todo. La fachada posterior, en cambio, está totalmente abierta al paisaje, un lujo que no podía desaprovechar”.
La dueña no quería una casa para impresionar sino para vivirla. Este es una de los principales ideas que han regido su vida, y ahora, en esta reforma, no podía dar de lado. «El proyecto estaba condicionado desde su inicio por una topografía muy pronunciada y complicada, explica el arquitecto, unida a la forma y el tamaño de la parcela, así como a la construcción de una piscina integrada al paisaje y, también, el deseo de incorporar mecanismos de captación solar destinados al ahorro energético». Una casa para ser vivida respetuosa con el medio ambiente, así puede definirse.
Los ventanales, las estratégicas entradas de luz y la cocina abierta son puntos que la propietaria dejó muy claro que debían ser tratados con cuidado y esmero y así se lo hizo llegar al arquitecto.
La edificación consta de una planta semienterrada y dos unidades de doble altura superpuestas verticalmente organizadas a partir de un vacío central sobre el que se abre un altillo.
«En la unidad inferior, explica el arquitecto, se sitúa la zona de estar y en la superior, las habitaciones. De esta forma el acceso de personas y vehículos se produce a media altura. Así, la planta intermedia se convirtió en un espacio de paso que junto al aparcamiento permitía limitar el número de aperturas. Este hecho hace posible una colocación central del muro captor solar formando un gran plan ciego que, desde el acceso, conduce la mirada hacia la planta inferior y oculta las vistas frontales que se descubren a medida que se baja hacia la zona de estar».
«Se ha querido actuar, también, sobre la escalera del edificio evitando las referencias a la distribución interior mediante planos continuos de persianas, vidrio y policarbonato (al sur) y grandes superficies uniformes (estucadas y de chapa metálica) en las otras fachadas. Además, la directriz curva de la cubierta contribuye también a la indefinición de la altura dada la ausencia de aristas y su color”. Una casa totalmente integrada que se convierte en un lugar mágico por descubrir.
Otros recursos que se utilizaron para lograr el efecto exterior deseado fueron los siguientes. La predominancia del paisaje de la zona sur permite cerrar visualmente el edificio al norte, donde se encuentra la calle, y limitar las aperturas al oeste. Por el mismo motivo, la chapa metálica grecada de la cubierta se extiende en parte sobre la fachada norte eliminando cualquier referencia a las divisiones horizontales interiores, cubriendo incluso las ventanas, ante las que se utiliza el mismo material micro perforado».
Evolución del hogar
Construida hace 14 años, la casa acaba de sufrir una importante reforma que ha adecuado su forma original a la nueva situación familiar: «Lo importante de una casa no es cómo es sino cómo la vives”, explica su propietaria. “Desde que la compré a los 28 años hasta ahora las cosas han cambiado mucho y también mi manera de vivirla”. Y esto debía reflejarse en el espacio donde vivo día a día.
Los mayores cambios se han dado en el dormitorio principal que ha visto aumentado su espacio y ha añadido un vestidor. “Antes, mi dormitorio y su gran cama estaba en el nivel inferior. Y mis hijos la invadían siempre; era algo que me encantaba pero, finalmente, he decidido subirla y acondicionar el ala de abajo como un lugar de encuentro donde ver películas tirados tranquilamente sobre los grandes cojines». Varios enormes pufs negros sobre una gran alfombra, también negra que contrastan con el blanco impecable de las paredes. Están situadas estratégicamente delante de la televisión así que invitan a disfrutar de una buena tarde de cine y palomitas.
El espacio que ocupa ahora el vestidor se ha ganado a un baño. Quisimos añadir un baño para los niños en un espacio muerto que quedaba junto a la escalera y, así pude obtener el vestidor, un espacio con el que siempre he soñado. Ahora puedo decir que mi casa es versátil porque no siempre hago la misma vida y necesito que se transforme en lo que quiero que sea en cada momento».
Al cambiar su situación familiar y después de muchos años volcada en su trabajo, la dueña de esta increíble casa volvió a reflexionar sobre cómo quería vivir en realidad… «No hay cortinas, ni cuadros, lo quiero todo muy tranquilo. Quiero estar relajada y me he vuelto muy práctica. Nada de cosas por en medio… Todo tiene su sitio y ahí es donde debe estar. Necesito limpieza y lo tengo todo en cajas. Aquí todo es móvil, desde el teléfono al ordenador».
Aprovechó también la reforma para eliminar aquellas cosas que le entorpecían. La chimenea de hierro colado, que utilizaban muy poco y que, de algún modo, rompía la nitidez estética de la sala, ha desaparecido. «Los primeros muebles que tuve, recuerda, los fui a comprar con mucha ilusión”. Hoy, algunos de ellos permanecen y otros han sido diseñados por ella misma.
En su trabajo se encargaba del interiorismo de las tiendas antes de contar con un colaborador, así que también podía ocuparse de los detalles de la casa. La mesa de comedor, ha ido realizada por un ebanista: «No puede ser más sencilla. Quería una mesa muy grande y con un diseño en el que las patas no estuvieran molestando a los comensales”. Y alrededor de ella, cuenta con unas sillas cómodas y eficaces tanto para comer como para largas tertulias.
Como se ha dicho antes, desde fuera no se ven ventanas pero desde el interior se pueden disfrutar de unas magníficas vistas. Este es uno de los puntos importantes en el proceso de decoración, saber aprovechar los ventanales, no solo para la luz natural sino para disfrutar de una casa rodeada de naturaleza.
«El trabajo ocupaba la mayor parte de mi tiempo. Compré el terreno con 24 años y a los 26 ya estaba construida la casa sin ayuda económica de nadie. Es algo de lo que me enorgullezco”.
La fachada se divide en dos franjas: la central, ocupada por el muro captor de la energía solar y la lateral completamente vidriada y protegida por láminas orientables de aluminio separadas cincuenta centímetro del vidrio, Este espacio intermedio transitable forma una cámara abierta al exterior útil en verano como cojín térmico y para provocar la ventilación cruzada que enfría la casa. Un sistema inteligente para una casa ecológica.
Esta emprendedora ha conseguido en su casa un oasis placentero donde descansar de su negocio y sus actividades, también como consultora. Me interesa el mundo de los negocios», concluye, pero necesita un lugar al que llamar hogar y donde volver todas las noches.