La tradición veneciana de fabricación de cristal comenzó en una animada isla situada en la laguna situada al norte de Venecia. La isla de Torcello se convirtió en el «Gran Emporio» comercial de la laguna: aquí se fabricaron los primeros artículos con cristal. En los principios del siglo XIII se reconoció por primera vez al gremio de los «fiolai», nombre que se daba a los artesanos que fabricaban cristal (el nombre viene de «fiola», una botella de cristal con un cuello largo y fino). En el año 1291, el Maggior Consiglio de la República de Venecia (en ese momento era el máximo órgano político) ordenó mediante un decreto la destrucción de todos los hornos de fundición de cristal en los barrios venecianos de Rivoalto con el objetivo de proteger la ciudad del fuego. La isla de Murano, donde ya había varios talleres activos, se convirtió desde ese momento en el corazón de la producción de cristal. El arte del cristal de Murano alcanzó su madurez plena durante el siglo XVI y desde ese momento comenzaron a fabricarse imitaciones de cristal «al estilo veneciano» en muchos otros lugares.
En 1600, las islas venecianas también sufrieron la Gran Plaga la cual exterminó a la mitad de la población europea. El clima de parálisis social y política que caracterizó los últimos años de la República de Venecia, junto con la crisis económica durante la primera mitad del siglo XIX, paralizaron completamente la creación artística de cristal de Murano. El resurgimiento posterior se puede considerar casi un milagro. El sector completo debe su renacimiento a la apertura del Museo del Vidrio de Venecia en la isla de Murano a mediados del siglo XIX. Algunos maestros, Toso, Fuga y Barovier, por mencionar a algunos de ellos, encantaron a los visitantes del Museo con la sugerente calidad de las antiguedades exhibidas en el Museo, cuando dedicaron todo su arte y talento a reproducir algunas de las obras maestras del pasado. Durante el siguiente siglo, el renacimiento del cristal de Murano se convirtió en un gran éxito gracias a la combinación de la producción de cristal con la creatividad de grandes artistas, pintores y diseñadores, líderes en las nuevas tendencias artísticas del momento. En el siglo XVII, el veneciano Zuanne Geronimo Gazzabin enlazó el apellido familiar con el Arte del Cristal de Murano para siempre. Zuanne se convirtió en el propietario de un horno de fundición en Murano en 1640, llamado «Al Bastian». Dos generaciones más tarde, el apellido de familia Gazzabin fue cambiado por el apellido Vistosi, el nombre de pila de uno de los miembros de la familia.
Con una historia de gran tradición por detrás suya, un descendiente de la familia Gazzabin, Guglielmo Vistosi, abrió una tienda de cristal de Murano a mediados de los años 40, la cual se convirtió en un gran éxito y revivió el estilo y el talento que habían permitido que su familia tuviese un papel importante en la historia de la laguna. Cuando Guglielmo murió en 1952, la empresa fue heredada por su hermano Oreste quien se encargó de gestionar las ventas y el marketing y por sus sobrinos, Gino y Luciano, quienes se encargaron de la fabricación que consistía principalmente en artículos de iluminación hechos con cristal. Luciano se convirtió en el embajador de una nueva filosofía, construyendo una «marca» y un estilo en el mundo del cristal de Murano. El «estilo Vistosi» era reconocido por sus «creaciones eternas»: obras de arte con unas formas estilizadas que siempre resultan atractivas y que nunca pasan de moda.
Durante los años 50, a través de viajes al norte de Europa, los estímulos e ideas que derivaron de los múltiples contactos con artistas vanguardistas y diseñadores de gran prestigio afianzaron aún más el «estilo Vistosi» en la fabricación de lámparas de cristal.
Durante los 60, Vistosi unió su nombre a los trabajos de artistas del calibre de Peter Pelzel y Eleonore Peduzzi Riva. Después de una fase de renovación, Vistosi ha alcanzado su madurez plena gracias a la colaboración de los arquitectos y diseñadores internacionales más representativos del momento tales como: Gae Aulenti, Vico Magistretti, Angelo Mangiarotti, Alberto Meda, Ettore Sottass, Adalberto del Lago y muchos otros.
Actualmente Vistosi confía en el talento y creatividad de colaboradores jóvenes e innovadores tales como Mauro Olivieri, Alberto Chiaromonte, Marco Marin, Giovanni Barbato, Paolo Ricchi, Roberto Maci y Oriano Favaretto; artístas que siempre buscan reinventarse a sí mismos y ofrecer diseños innovadores.
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