Las sillas de cocina no son muy diferentes de las sillas comunes para comedor. Sin embargo, teniendo en cuenta el tamaño de una cocina típica, hay algunas sillas que podrían quedar directamente descartadas de su uso en cocinas debido a su tamaño. Normalmente el espacio disponible para los conjuntos de cocina formados por mesa y silla no es grande, por ello el ahorro de espacio cobra una importancia vital  en el diseño de todos los muebles.

Las sillas de cocina suelen estar, aunque por supuesto no es obligatorio, fabricadas en aluminio y la razón es que este material es resistente pero sobre todo es muy ligero. Al tener la cocina mucho trasiego y uso y tener que mover las sillas de un lado para otro a menudo el hecho de que las sillas sean ligeras es práctico y efectivo.

Además, las sillas de cocina se deben poder limpiar de una forma sencilla porque las cocinas son uno de los lugares donde los muebles se suelen ensuciar más a menudo por comida y otras sustancias. Por ello es muy recomendable que estén fabricadas en plástico o revestidas de cuero. Tanto unas como las otras se limpian bastante bien. Y no son recomendables las sillas con tapizados en telas ya que las manchas son absorbidas por la tela del tapizado y luego es bastante complicado lavar dichas telas (normalmente se pueden hacer lavados en seco pero nunca queda perfecto).

Sobre las sillas de cocina en plástico, esta es una de las opciones que está tomando un mayor auge últimamente. El plástico anteriormente se veía como un material barato de escasa calidad y sobre todo que se rompía fácilmente. Sin embargo la innovación tecnológica en materiales resistentes ahora permite que haya sillas muy resistentes fabricadas en materiales como el polietileno ligero, la poliamida o el plexiglás.